Diana, una universitaria traviesa, prometió abstenerse del sexo hasta el matrimonio, pero las fiestas del dormitorio caliente de su compañera de cuarto probaron su determinación.Mientras sucumbía al placer, sus gafas se rompieron, encendiendo un encuentro salvaje, con preservativo.¿El clímax?Una carga caliente en su mejilla, rompiendo la maldición.