Pasando a la habitación de mamá, me senté seductoramente a horcajadas sobre mi padrastro, dejando al descubierto mi deseo húmedo.Sus manos experimentadas me guiaron a través de un encuentro salvaje e intenso, culminando en un final caliente y pegajoso.Este es un viaje crudo y sin filtros hacia lo más profundo de la lujuria adolescente.